El juego “Cargar el Arca” conecta con la fe mediante el juego
Se trata de un juego de desarrolladores adventistas que espera llegar a
La iniciativa está ayudando a los agricultores a abandonar la agricultura de subsistencia, según ADRA.
Una iniciativa de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Camboya está cambiando la cara de la antigua agricultura de subsistencia de una región por la agricultura comercial, según han declarado recientemente los responsables de la agencia.
El distrito camboyano de Veal Veng está situado a unos 130 kilómetros (81 millas) de la ciudad de Pursat y dividido en 5 comunas y 20 aldeas, con una población total de 27.484 habitantes en una superficie de 4.311 kilómetros cuadrados (unas 1.664 millas cuadradas). Se trata de un distrito con potencial para ampliar las nuevas oportunidades de producción hortícola y mejorar los vínculos de la cadena de valor para el mercado, según los expertos.
Como la zona está rodeada de montañas, los agricultores solamente cultivaban productos industriales como maíz y mandioca, que eran una fuente estacional de ingresos, mientras que otros cultivos potenciales aún no se tenían en cuenta para los ingresos familiares. Como los agricultores aún no se han adaptado a la producción hortícola, los ingresos adicionales dependían de la madera, las hortalizas silvestres y otros productos forestales.
A menudo, los campos se dejaban vacíos o se plantaba lo justo para el consumo familiar. Las mejoras de las infraestructuras dirigidas por el gobierno han aumentado el potencial de esta zona montañosa para la producción y comercialización de cultivos, con el fin de impulsar las futuras exportaciones agrícolas.
Al ver tanto el potencial como los factores limitantes de la producción hortícola en Veal Veng, el proyecto Pro-Market de ADRA ha colaborado con las autoridades locales, incluidos los gobernadores de distrito, las oficinas de agricultura de distrito y los jefes de aldea y comuna, junto con sus comunidades, para formar 6 grupos de productores con 125 miembros, cada uno de los cuales cubre una superficie de unas 17 hectáreas (unos 42 acres).
Para aumentar la confianza de los agricultores en la producción de hortalizas, el proyecto los ha dotado de conocimientos técnicos agrícolas. Estas incluyen la selección adecuada de semillas, la instalación de viveros de cultivos, la preparación del suelo, el manto para evitar la erosión y las malas hierbas, la aplicación correcta de fertilizantes según las normas técnicas, los sistemas de riego y la instalación de bombas solares, entre muchas otras. Además, el proyecto se ha asociado con otras partes interesadas, tanto del sector público como del privado, para que puedan ver nuevas oportunidades en el cultivo de hortalizas para la exportación en Veal Veng.
Según las pruebas confirmadas por los agricultores modelo, los que se han adaptado han logrado mejoras significativas en la producción comercial de hortalizas. Al pasar de la agricultura de subsistencia a la agricultura comercial, la expansión de la explotación de hortalizas ha aumentado del 20 % al 95 % en tres años. El rendimiento también ha aumentado del 19 % al 91 % desde el primer año de ejecución del proyecto.
“Tras recibir una serie de formaciones técnicas sobre hortalizas del proyecto Pro-Market, gané más confianza y empecé a transformar el terreno baldío que antes quedaba sin cultivar en una explotación comercial”, explica Sim Touch, de la aldea de Doun Neak. “Me proporcionó mayores ingresos para mejorar el nivel de vida de mi familia y […] manejar mejor mi deuda bancaria. Mi granja impresionó mucho al gobernador del distrito de Veal Veng y a los del Ministerio de Medio Ambiente, que vinieron a visitarme y expresar su agradecimiento por haber sido capaz de adaptar prácticas y mejorar tierras abandonadas para convertirlas en una granja de hortalizas diversificada”.
Khuon Sey, de la aldea de Pramouy, dijo: “Adquirir habilidades de liderazgo y gestión gracias al proyecto me ha dado confianza y me ha hecho capaz de seguir desarrollando una mejor capacidad de liderazgo para otras mujeres de mi comunidad, contribuyendo así a la mejora de los medios de vida sociales y económicos de sus familias”.
Long Sreymom, de la aldea de Stieng Thmey, contó que, debido a un accidente y a los consiguientes gastos médicos, su familia estaba endeudada y tenía dificultades para pagar los intereses al banco. “Tras unirme al grupo de productores, recibí formación tanto en técnicas de cultivo de hortalizas como en conocimientos de marketing, y mi hija recibió formación para convertirse en recolectora de hortalizas”, explicó. “Esto ha permitido a mi familia aumentar nuestros ingresos y poder hacer frente al pago de los intereses bancarios y cubrir las necesidades diarias de nuestra familia. El cultivo de hortalizas ha creado una importante fuente de ingresos para mi familia”.
Pen Sithol, de la aldea de Tompor, añadió que, gracias a las habilidades y las experiencias que adquirió en el proyecto, ha desarrollado su “capacidad y confianza para empezar […] a invertir en una explotación comercial de hortalizas y conectar con mercados de primera calidad en Phnom Penh”.
“Desde que me uní al grupo de productores”, dijo Kloy Tep, de la aldea de Doun Neak, “he tenido la oportunidad de vincular mis productos más ampliamente a los recolectores de diferentes provincias, como Battambang, y me ha inspirado para ampliar la capacidad de producción en mi granja”.
Ai Seanghay, de la aldea de Krasangpnov, dijo que su grupo de productores ha contribuido significativamente a motivar a los productores a trabajar juntos para vincular sus productos a otros socios. “Al mismo tiempo, hemos reforzado la confianza de los agricultores para ampliar la producción comercial”, señaló.
“En comparación con principios de 2020, la situación económica de mi familia ha mejorado casi un 100 %”, dijo Nob Kolab, de Anlong Reap. “Al vender verduras todos los meses, ahora gano lo suficiente para mantener a mi familia con comida y otras necesidades domésticas”.
FUENTE: ANN ESPAÑOL
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