En Venezuela, viaje de servicio a comunidades indígenas aisladas resulta en 24 bautismos

Viajar varias horas por carro, bote y a pie, y aun pasar la noche en medio de la selva, fueron algunas de las molestias que pastores, profesionales de salud y voluntarios laicos adventistas tuvieron que experimentar para responder a las necesidades físicas y espirituales de decenas de residentes de varias comunidades indígenas venezolanas en el estado de Bolívar.

La visita, que tuvo lugar del 3-8 de octubre de 2023 e incluyó una delegación de 16 personas, benefició específicamente a las comunidades indígenas de Alto Paragua conocidas como Periquera, El Plomo y Arekuna. Las comunidades, que suman aproximadamente 1800 residentes, no habían sido visitadas por dos años, informaron los líderes de la iglesia.

Una travesía larga e intensa

Fue una travesía larga e intense, dijeron los participantes. El grupo viajó las tres primeras horas por carro, desde la sede la Asociación Venezolana Sur Oriental en Puerto Ordaz, hasta Alto Paragua. Allí, la delegación se dividió en tres grupos. El primero continuó durante las siguientes cuatro horas por bote hasta que llegaron a la comunidad de El Plomo. El segundo, durante tres horas más por bote hasta Periquera, y el tercer grupo, tres horas por bote y cinco horas más de caminata hasta llegar finalmente a Arekuna, el lugar más remoto del itinerario.

Cinco meses antes del viaje, los líderes de la iglesia regional habían enviado a un miembro de iglesia laico para predicar el evangelio en la zona. En esta ocasión, los voluntarios ofrecieron por primera vez un programa de la Experiencia Bíblica de Vacaciones en las tres comunidades. En cada lugar, los voluntarios también ofrecieron una semana de conferencias bíblicas para adultos. Se brindó atención médica gratuita en la comunidad de El Plomo. Como resultado de estos esfuerzos, 24 personas, incluidos niños mayores, jóvenes y adultos, entregaron sus vidas a Cristo por medio del bautismo. Cada uno recibió una Biblia de regalo.

El pastor Mauricio Brito, presidente de la Asociación de la Asociación Venezolana Sur Oriental, quien dirigió la delegación que llegó hasta Arekuna, contó que tuvieron que pasar la noche en medio de la selva por razones más allá de su control. “Fue una experiencia de grandes desafíos, pero en todo momento sentí la protección de los ángeles de Dios”, expresó.

Actividades para los niños

La voluntaria laica Naileyda Zapata contó la experiencia de su equipo. “Después de un largo viaje, logramos llegar a Arekuna para asistir a los niños y sus padres no adventistas”, dijo Zapata. “Esos niños demostraron su alegría durante la Experiencia Bíblica de Vacaciones, y Dios obró tanto que diez de ellos decidieron aceptar a Jesús y ser bautizados”.

Zapata también contó que las hijas del jefe de la comunidad participaron de la actividad y expresaron que apoyan que los voluntarios ofrezcan el programa otra vez en esa zona.

Un total de 205 niños, tanto de familias adventistas como no adventistas, disfrutaron del programa de la Experiencia Bíblica de Vacaciones. Otras 250 personas se beneficiaron del día de salud que se llevó a cabo en El Plomo, lo que incluyó odontología, pediatría, medicina general, hidroterapia y terapias para el dolor y neurolinfáticas. El equipo distribuyó medicinas donadas y brindó educación para la salud sobre diversos aspectos de la salud, dijeron los organizadores.

Una mayor autoestima

La odontóloga Fergis Marcano, quien llevó a cabo extracciones, limpiezas dentales y colocó prótesis removibles durante el día de salud, dijo que fue una alegría participar de la iniciativa. “Es sumamente gratificante llevar a cabo esta obra, y ver cómo los pacientes nos agradecen por el cambio que hemos hecho en sus vidas”, dijo Marcano. “No solo quisimos hablar sobre la salud oral sino también aumentar su autoestima, lo que es especialmente verdad en el caso de los pacientes que recibieron sus prótesis”.

Marcano también contó que su equipo dio charlas en las escuelas sobre la importancia de cepillarse correctamente los dientes, y sugirió armar un manual de salud oral donde las personas pueden ir periódicamente a hallar información odontológica en su propio dialecto”.

Cubrir multiples necesidades

Raul Zambrano, capitán de la comunidad de El Plomo, dijo que apreció profundamente la visita de los pastores y voluntarios adventistas porque, explicó, es sumamente costoso dejar la comunidad para ir a la ciudad para ser tratados. “Queremos que regresen el año que viene, porque nos vimos gratamente sorprendidos por sus servicios”, dijo Zambrano.

El pastor Brito explicó que esa zona del estado de Bolívar cuenta con un elevado costo de vida. “Las personas pueden conseguir suficientes alimentos para sobrevivir, pero todo lo que esté más allá de eso, sea salud, educación y vivienda, suelen estar más allá de su alcance”, dijo Brito.

Pero la iniciativa de servicio a las comunidades indígenas aisladas no solo tuvo que ver con la salud física y espiritual. Los pastores adventistas John Astroza y Samuel Sánchez ofrecieron una escuela de música por segunda vez en el El Plomo. Los jóvenes participantes aprendieron a leer música, practicaron con instrumentos musicales locales como el cuatro y la flauta y tocaron algunas piezas musicales.

Un servicio de amor

Al final de la intensa semana de obra misionera, el pastor Brito, acompañado por el pastor Julio Bastardo, secretario ejecutivo de la asociación y organizador de la obra de servicio llevada a cabo en Periquera, dijo que sintieron alegría después de participar en la iniciativa. “Nos sentimos felices de haber atendido a nuestros hermanos en sus hogares. No importa cuán lejos estén y cuántos recursos se requieran, no los dejaremos solos. Este grupo de pastores, doctores y voluntarios laicos estuvieron allí para servirlos, ayudando a brindar alivio a los desafíos que enfrentan”, dijo pastor Brito.

Instó entonces a los miembros de iglesia de cada una de las comunidades visitadas a que permanezcan firmes en la fe. “Cristo vendrá y terminará la obra que hemos comenzado”, les dijo el pastor Brito. “Desde el fondo de nuestro corazón, les decimos que los amamos”.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día cuenta con seis congregaciones en la zona de Alto Paragua de Bolívar. En esta ocasión, el equipo de pastores y voluntarios visitaron tres de ellas, con un total de aproximadamente 170 miembros. En 2024, los líderes de la iglesia esperan que una delegación médico-misionera similar pueda visitar la comunidad de San Francisco de las Babas, ubicada a 17 horas de distancia de la sede de la Asociación de Venezuela Sur Oriental.

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